Esta es una etapa de desarrollo físico y emocional, estos cambios son profundos. Es aquí que el adolescente forma su identidad personal y es normal que en ocasiones demuestre terquedad o falta de cooperación en casa. Para los padres es duro ver que sus hijos dejaron de ser niños y por consiguiente el apego y obediencia a ellos, es como si que ellos deseen retardar esta transición mientras que los hijos desean acelerarla.
En esta etapa los progenitores se convierten en ídolos caídos. Antes ellos decidían qué hacer, pero ahora ya no. Ahora los jóvenes suelen dividir(padre vs. madre) y vencer. Parece que sienten placer en hacer exactamente todo lo contrario que hasta entonces les han enseñado sus padres. Cada vez es más frecuente escuchar a hijos que les dicen a sus padres: "te odio", ¿por qué no te mueres? En este momento los progenitores siente que se les parte el corazón.
Recuerdo que mis hermanos y yo nunca nos atrevimos a decirle algo así a mi mamá ya que eso significaba recibir una bofetada de ella y desde muy pequeños nos enseñó a tratarla con respeto. La rebeldía todos la hemos sentido, pero los tiempos han cambiado. Ahora ya nos son los hijos quienes buscan agradar a los padres, sino estos son los que procuran consentir a los hijos.
Rebeldía significa empezar a separarse y en ocasiones este proceso puede resultar difícil y doloroso. A los jóvenes nada les parece correcto, rechazan los valores y a todo dicen: "No".
¿Qué hacer?
Es aquí donde los padres deben ser equilibrados y suministrar reglas que le ayuden a obtener su madurez emocional. Al establecerlas no deben ser demasiado permisivos o restrictivos. Al someterlos a disciplina, quizás los adolescentes los llamen de injustos, malos padres ó los amenacen con irse de la casa. Si usted es padre y le sucede esto no se preocupe ni exteriorice sus sentimientos, ante sientase seguro de que su deber es educarlos, aunque a ellos les moleste. Al educarlos no se debe confundir permisividad con amor. Tampoco significa amarlos suministrar todas las cosas materiales que ellos deseen. No es conveniente un ambiente tan rígido y restrictivo(disciplinarlos con dureza o golpearlos) ya que esto no les permite alcanzar un grado razonable de independencia y confianza en sí mismos.
La reglas deben estar bien planificadas ya que deben dar al adolescente lugar para el crecimiento y a la vez sirven de dirección. Estas deben ser claras, coherentes y basadas en la moral y buenas costumbres. Por ejemplo: deben limpiar su habitación antes de ir de paseo los sábados.
Cuando los padres logran conseguir equilibrio entre libertad razonable y límites bien definidos los hijos se siente cada vez menos motivados a rebelarse. Los padres deben saber que la adolescencia es una etapa difícil, pero realmente satisfactoria, sobre todo cuando ven a sus hijos convertirse en seres independientes, útiles para la sociedad y capaces de mejorar el mundo.
Aquí algunos consejos que le ayudarán a lidiar con la rebeldía de sus hijos:
Recuerde que la rebeldía es una forma de crecer y no necesariamente es mala, pero debe ser bien encaminada.
Debe dejar muy claras las reglas y evitar hacer excepciones ya que la falta de astucia para negociar es signo de debilidad. Por ejemplo: cumplir los caprichos de sus hijos para evitar el berrinche.
Procure evitar conflictos innecesarios. Cuando el adolescente lo provoque suspenda la conversación.
No negocie sobre lo que quieren sus hijos cuando los ánimos este caldeados.
Hable con sus hijos procure escucharlos y trate de respetar lo que dicen, aunque suene extravagante y fuera de lugar.
Cuando el adolescente es escuchado, también se escucha así mismo y reflexiona, aunque frente a los demás no lo parezca.
Procure no pelear por cosas innecesarias.
Sean firmes, pero cálidos. Muestre seguridad y que sus reglas en casa no suenen a represalia, sino a un contrato justo conforme a los que sus hijos se hayan ganado.
Haga que sus hijos respeten su autoridad. Cumpliendo con lo prometido.
No cambie las reglas por su estado de ánimo ya que esto frustra a sus hijos.
Proporcione a su hijos un hogar donde puedan sentirse seguros. Saber que reciben amor, atención, protección, aunque acompañado de restricciones razonables y disciplina harán que su hijo se convierta en un adulto del que usted se sentirá feliz.
Ore a Dios para que dé sabiduría a sus hijos y lo proteja de las influencias negativas.
La Biblia en varias ocasiones menciona acerca de la educación de padres a hijos: "El que tiene en poco la disciplina menosprecia su alma; mas el que escucha la corrección tiene entendimiento". Proverbios 15:32
No hay comentarios:
Publicar un comentario