A lo largo de mi vida ya conocí mucha gente que se autodenomina “cristianos” pero siempre me quedó la duda ¿realmente lo son? Porque con su boca predican una cosa y con sus actitudes hacen otras, las iglesias en general están llenas de estas clases de personas. Mi intención no es juzgar o criticar a nadie solamente quiero mostrar lo equivocada que están muchas personas preocupadas más por las costumbres que en buscar tener un corazón perfecto para mostrar al Señor Jesús. Le doy mil gracias a Dios por colocarme cerca de verdaderos cristianos cuando empezó mi conversión, personas espirituales quienes me enseñaron a mirar todo de la misma manera e influenciaron mucho en mi personalidad como cristiana y hoy pretendo hacer lo mismo, enseñarles a ustedes mis amados lectores.
Conozco unas personas de una determinada congregación, madre e hijo aparentemente santos siempre orando, ayunando, leyendo la Biblia, consagrando los alimentos, etc. Pero siempre hablando mal de los demás, guardando odio en su corazón, juzgando y condenando a los que no comparten su supuesta fe. Aquí vale preguntarnos: ¿es así como Dios quiere que seámos? Definivamente ¡no! ya que el propio Señor Jesús se refería a estas personas como sepulcros blanqueados, o sea, limpios e impecables por fuera, pero podredumbre por dentro. Cuando para Dios somos exactamente todo lo contrario, para Él somos conforme a nuestro corazón, Dios no nos mira en apariencia exterior sino nuestro interior, nuestros sentimientos e intenciones. Puesto que la conversión total y verdadera de cada persona es allí dónde empieza, en lo más profundo de nuestro ser, en nuestro corazón y de allí fluye naturalmente.
Muchas iglesias estan llenas de "hermanos" se tratan entre ellos de "hermanitos", pero ¿relamente lo son? Tengo tres hermanos (biológicos) que quiero mucho, nunca les haría daño, nunca hablaría mal de ellos, siempre tengo pre-disposición a ayudarlos, en fin asíi somos la mayoría con nuestros hermanos en casa. Bueno, pues este es el ejemplo de hermandad y es así como tambien debemos ser con nuestro "hermanos" de la fe, es por eso que para mí es inaceptable chismes, contiendas, calumnias, disensiones, peleas, intrigas entre los miembros de la iglesia, porque no es así como Jesús nos mandó.
Desde hace tiempo conozco a una señora que tiene más de 20 años en el evangelio, dirige el culto de señoras, ocupa cargos en la congregación, pero si nos acercamos a conversar con ella es la chismosa más grande que he visto en mi vida, su lengua sería capaz de devastar una ciudad entera y cabe preguntarse: ¿será que se convirtió realmente? Pues no, porque si estuviera convertida a Jesús de corazón, nunca tendría ese comportamiento.
Dentro de las iglesia evangélicas es común encontrarse con personas que sólo se convirtieron a costumbres, es decir, viven llenos de tradiciones en donde las mujeres no usan aretes, ni maquillaje, ni pantalones, no se cortan el cabello, etc. Dando énfasis a la parte exterior porque piensan que de esta manera tendrán posturas de cristianos ¡qué equivocadas están! Dios no nos mira en apariencia, la Biblia dice que Dios miraba a Eliab, hermano de David no por su apariencia sino por su corazón (1 Samuel 16:6-7). Es verdad que nunca saldría a la calle con vestimenta donde hasta los ciegos puedan ver, porque sólo en los supermercados se vende piernas, cadera, pecho, espalda, muslos, etc. ya que la Biblia dice que las mujeres debemos ser sobrias, sin ostentaciones, recatadas. Sinceramente siempre prefiero la ropa cubierta y moderna a la vez, uso maquillaje sin exagerar, siempre corto y cuido mi cabello, en fin me arreglo conforme a mis gustos, pero estoy consciente que es más importante las cosas que guardo en mi corazón porque la Sagrada Biblia dice que los ojos de Dios contemplan toda la tierra, para mostrar su poder a favor de los que tienen corazón perfecto para con Él (2 Crónicas 16:9).
La Biblia dice que Dios amó tanto a David que bendijo su descendencia y esto perdura hasta hoy, también dice que perdono a David de su pecado y no lo mató en una época donde se vivía conforme a la ley, donde aún no existía perdón de pecados ¿En base a qué Dios amó tanto a David? Lo amo tanto porque encontró en él un corazón perfecto, esto es lo que nos convierte en un cristiano verdadero.
Recuerdo cuando empezó mi relación con Dios, hace muchos años, siempre fue basada en la sinceridad, abría mi corazón completamente y le confesaba todas mis faltas, mis debilidades, mis dudas, en fin no me guardaba nada, le pedía que me convierta en 100%, estoy segura que esto agradaba a Dios porque en poco tiempo mi familia y yo fuimos muy bendecidos, dentro de mi conversión lenta pero a paso firme nunca nos faltó nada.
Considero que quien desea ser escuchado por Dios necesita básica y principalmente un corazón sincero y limpio, todos somos seres humanos con errores pero siempre debemos tener pre-disposición para corregirnos, enmendarnos y mostrarnos delante de Dios con nuestros mayores esfuerzos para ser cada día mejores como personas y principalmente como cristianos.
Por Mabel García
La Biblia dice que Dios amó tanto a David que bendijo su descendencia y esto perdura hasta hoy, también dice que perdono a David de su pecado y no lo mató en una época donde se vivía conforme a la ley, donde aún no existía perdón de pecados ¿En base a qué Dios amó tanto a David? Lo amo tanto porque encontró en él un corazón perfecto, esto es lo que nos convierte en un cristiano verdadero.
Recuerdo cuando empezó mi relación con Dios, hace muchos años, siempre fue basada en la sinceridad, abría mi corazón completamente y le confesaba todas mis faltas, mis debilidades, mis dudas, en fin no me guardaba nada, le pedía que me convierta en 100%, estoy segura que esto agradaba a Dios porque en poco tiempo mi familia y yo fuimos muy bendecidos, dentro de mi conversión lenta pero a paso firme nunca nos faltó nada.
Considero que quien desea ser escuchado por Dios necesita básica y principalmente un corazón sincero y limpio, todos somos seres humanos con errores pero siempre debemos tener pre-disposición para corregirnos, enmendarnos y mostrarnos delante de Dios con nuestros mayores esfuerzos para ser cada día mejores como personas y principalmente como cristianos.
Por Mabel García
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