A partir de hoy ...

Aunque mi dedicatoria sea para Jesús decidí no incluir ninguna foto ya que Jesús para mí es espiritual, totalmente abstracto que no se puede ver solo sentir y que cuando lo sientes sabes que es sublime, sobrenatural, sagrado, único e indescriptible porque aun no se han inventado palabras para alcanzar a definirlo, solo sabes que quieres entregarle tu vida y que nunca mas salga de ella, que es tu supervitamina para el alma y para el cuerpo. Han pasado trece años desde que tuve mi primer encuentro con Jesús y lo recuerdo como si fuera ayer, cambiaron mis gustos, cambio mi perspectiva de la vida, desahogo mi corazón afligido y empezó a escribirse una etapa nueva en la historia de mi vida. En estos años he pasado cosas muy difíciles que si no hubiese incluido a Jesús en mis planes nunca las habría superado y heme aquí como un soldado listo para la guerra porque todo lo puedo en Cristo Jesús que me fortalece.





jueves, 25 de marzo de 2010

Cómo debe ser la relación con la suegra



Las llaman de metiches, por lo general no gozan del aprecio de su yerno o nuera. Siempre las culpan de todo y la mayoría de veces no son responsables de las cosas de que se quejan sus familiares quienes en ocasiones no entienden la sensibilidad de la madre de su esposo(a). Aunque esta antipatía tiene origen psicológico ya que en su amor fraterno que siempre ha existido se sienten desplazadas grandemente por alguien que recién llega, pero si las partes contribuyen la relación familiar puede ser placentera. Si desea tener una buena relación con su suegra siempre. Aquí algunos consejos:



  • Ante todo respétela, atiéndala y sea sincera con ella e inculque estos sentimientos en sus hijos.

  • Intente tratar a su suegra de la misma manera como trataría su madre, quizás en ocasiones sea difícil.

  • Sea considerada y comprensiva con ella (esto le hará saber que la aprecia mucho).

  • Si su esposo descuida la relación con su madre no haga lo mismo. Preocúpese si esta bien su salud o si precisa ayuda material.

  • Procure ser meticulosa con el orden y la limpieza del hogar (esto les encanta).

  • Ellas ya vivieron y su experiencia, la sabiduría que da la vida, nos pueden ayudar a no equivocarnos en la educación de los hijos.

  • Cuando haga comentarios hirientes procure conservar la calma, con paciencia se ganará su respeto.

  • Si la relación con su suegra es tirante ore a Dios para llevarse bien con ella y que en el futuro esto no empañe su felicidad.
Reflexione sobre la Palabra de Dios: “Delante de las canas te levantarás, y honrarás el rostro del anciano, y de tu Dios tendrás temor. Yo Dios” Levítico 19:32.

“Soportándoos unos a otros, y perdonándoos unos a otros si alguno tuviere queja contra otro. De la manera en que Cristo os perdonó, así también hacedlo vosotros” Colosenses 3:13.

miércoles, 24 de marzo de 2010

Aceptar la partida

Es normal sentir dolor con la muerte de un ser querido. La depresión todos la hemos sentido. En esos momentos llorar nos alivia emocionalmente. Las lágrimas ayudan a desahogar las heridas en el corazón. Es muy duro enfrentar la vida sin el ser que tanto amábamos, lo que no esta bien es quedarse detenido en este acontecimiento, dejar que el tiempo pase y seguir atrapado en el pasado.

He conocido personas que cuando un ser querido falleció desearon morir junto con él y es como si una parte de ellos murió junto con él y nunca olvidaron este triste desenlace aunque hayan pasado muchos años, recuerdan ese día como si fuese ayer, todavía miran las fotos y lloran. El vacío que dejó el ser querido no consiguen llenarlo, el dolor es tan grande que no lo aceptan y lo dejan todo como cuando la persona vivía.

Cuestionarse sobre sí pudo hacer más para evitarlo, sentir remordimientos sobre la conducta o relación que tuvieron con la persona sólo nos llevará a tener sentimientos de impotencia y frustración. No necesitan comprenderlo todo ya que hay cosas que son del alma y por lo tanto pertenecen a Dios y nosotros difícilmente las vamos a entender. Si su comportamiento no fue el mejor con la persona que se fue para siempre, necesita perdonarse ya que fortalece el corazón y le dará un giro completo a la situación de dolor. Una vez que se haya perdonado el corazón se sensibiliza y despierta en la persona una auténtica humildad.

Quedarse atrapado en pasado solo perjudicará al ser humano, la persona no debe cerrarse ni sentirse víctima de un destino. Si nos dejamos encerrar por el dolor y no lo liberamos lo veremos todo desde el punto de vista negativo y no objetivo. Abrirse a lo que sucedió les devolverá la paz interior porque sanará las heridas del corazón. Abrir el corazón, hablar sobre sus sentimientos. Confiar en alguien que la escuche sin juzgarla puede ser un profesional, un amigo o un ministro, hacerlo es el primer paso para que las heridas empiecen a sanar.

Aunque no siempre es fácil liberarse del pasado es un proceso esencial para que nuestra vida funcione como queremos. Es verdad que nada será igual como cuando el ser querido vivía, pero si uno se aferra al pasado no puede vivir el presente con plenitud.

Debemos pensar que un día todos vamos a dejar este mundo, por supuesto, duele mucho cuando alguien muere prematuramente. El vacío que dejó en el corazón sólo el Señor Jesús puede llenar. Reflexionemos sobre lo que las Sagradas Escrituras dicen: “…mayor que nuestro corazón es Dios, y él sabe todas las cosas” 1 Juan 3:20.


Recuerde esto siempre MAYOR que nuestro corazón es Dios y es el único que puede ayudarnos a sanar nuestras heridas, liberar nuestros traumas, llenar el enorme vacío que muchos sienten, ayudarnos a perdonar, etc. Jesús es el único que puede hacernos sentir que nuestra vida empieza nuevamente, el único que nos da verdaderas fuerzas para continuar a pesar de la adversidad.


Este artículo lo dedico a mi hermano menor a quien entrar de lleno en una religión y obtener un título universitar (sacerdote católico y Magister en Teologìa) ni visitar varios psicólogos han conseguido llenar el vació que dejo en su corazón la muerte de nuestro padre y que yo sí conseguí superar entregando mi vida a Jesús.

viernes, 12 de marzo de 2010

El Piercing


Por regla general, los adolescentes buscan identificación, suelen tener mucha inseguridad y son susceptibles la presión de otros jóvenes. Muchas veces los vence el deseo de ser diferentes e impresionar a los demás, pero ¿es necesario colocarse un piercing para ser diferentes? ¿Son inofensivos para la salud? ¿Son estéticos?

Piercing (pirsin) es una abertura en el cuerpo humano para colocar un pendiente. Estas perforaciones son una forma de modificación corporal y reflejan tantos valores culturales, religiosos y espirituales. Siendo además parte de la moda, erotismo, inconformismo o identificación con una subcultura.

No son inofensivos para la salud ya que dependiendo del lugar dónde se lo realice pueden traer infecciones y graves consecuencias, como: reacciones alérgicas, sangrado abundante y constante, perforación de un nervio, alteraciones en la cicatrización, desgarros, rechazos del cuerpo,etc. Sobre todo si se los realizan en lugares que no cumplan con las normas de higiene necesarias, si se los intercambian con otras personas, también existen casos en que el cuerpo rechaza o no se tiene los cuidados necesarios en la etapa de cicatrización.  Tampocos son estéticos todo lo contrario, al igual que los tatuajes la sociedad los vincula a los vicios, pandillas, satanismo y demás males que aquejan a la juventud hoy en día.

Se cree que son modernos, pero desde la antigüedad ya se los utilizaba, no se sabe con exactitud cuando tuvieron su origen. Las primeras muestras datan del año 709 antes de Cristo. Regularmente, suelen ser pequeños aros rematados con una esfera, metálicos o plásticos. Sin embargo, los de mayor tamaño varían en forma y material. Se colocan en el cartílago de la oreja, lóbulo, ceja, fosas nasales, ombligo, labios, lengua.

Meditemos lo que la palabra de Dios dice al respecto: “Y no haréis rasguños en vuestro cuerpo por un muerto, ni imprimiréis en vosotros señal alguna. Yo Dios”. Levítico 19:18.










jueves, 11 de marzo de 2010

Mantener el equilibrio




En la adolescencia los padres se quejan de que ya sus hijos no son los mismos. Ahora ellos necesitan mas privacidad y un campo más amplio para socializar. La mayoría no sabe cómo mantener el equilibrio entre lo que ellos demandan y lo que se les debe permitir. Existe gran confusión sobre este tema en una sociedad en que cada día se pierden más los valores.

La comunicación es fundamental en las relaciones padres e hijos. La confianza en los hijos depende de los valores que los padres les hayan sabido inculcar. Esto nos dará seguridad, si los hemos preparado para vivir su edad, compartir con ellos enseñanzas sobre lo cotidiano, escuchar sus experiencias, enseñarles a discenir entre el bien y el mal. Acostumbrar las reuniones familiares para contar lo bueno y lo malo que les haya sucedido durante el día o la semana. Si conversan ellos van saber quiénes y cómo son sus amigos, si se les permite que los traigan a la casa los van a conocer y saber si pueden confiar en su proceder.

Los padres deben respetar sus gustos siempre y cuando no sean perjudiciales para su salud, eso los ayudara a crecer seguros de sus decisiones, pero también deben dejarlos equivocarse y aprender de sus errores. No ser demasiado permisivos y comprensivos en cuanto a lo que ellos piensan que son sus gustos ya que en esta edad los jóvenes se dejan influenciar por su entorno.

El gran temor de los padres es que sus hijos les oculten cosas, pero si siempre conversan con ellos, es probable que no, nada vital o de riesgo. Ellos deben estar seguros que sus padres siempre los van escuchar. Comprenderlos no significa que se conviertan en sus ¨mejores amigos¨ ya que renunciarían a su autoridad.

Si hay cambios de humor repentinos, cambios bruscos en la notas, si ve miradas de tristeza o enojo. Entonces hay que intervenir, no se queden esperando a que ellos busquen ayuda. Los padres son sus guias y deben ayudarles a que abran su corazón. Decirles que los aman y sólo desean lo mejor para ellos y que estas son experiencias que tienen que vivir los adolescentes tan difíciles y a la vez tan necesarias para alcanzar la madurez.


Podemos decir que es obligación de los padres:
  • Comprender a los hijos.


  • Elogiar sus buenos actos.


  • Auxiliarlos en su fracasos.


  • Enterarse de sus preferencias y limitaciones.


  • No exigir en demasía ni querer perfecciones.


  • Conocer dónde estudian.


  • Participar en las reuniones de padres.


  • No abdicar el derecho y la responsabilidad de supervisar a sus hijos.


  • Tomar conocimiento de la vida estudiantil de los hijos.


  • Entrar en contacto con los amigos de los hijos.


  • Asegurar su bienestar en el hogar.


  • Disciplinarlos para que obedezcan por convicción y no por temor.


  • Exigir el cumplimiento de sus obligaciones.


  • Enterarse del comportamiento social de los hijos.


  • Acompañarlos en los estudios (tomar la lección, hacer resúmenes, mapas)


  • Mantener un comportamiento ejemplar delante de los hijos (respeto, amor, honestidad).


  • Enseñarles el camino a seguir y no recorrerlos por ellos.


  • Hablar claro sobre asuntos que van en contra de la naturaleza humana y contrarios a la Palabra de Dios.


  • Enseñarles que leer la Biblia les ayudará a llevar las inquietudes de su edad.

  • Orar para que Dios cuide a sus hijos ya que ellos no pueden estar todo el tiempo.
La palabra de Dios menciona en varias ocasiones la autoridad que deben mantener los padres en la familia: "No rehúses a corregir al muchacho; porque si lo castigas con vara, no morirᨠProverbios 23:13.

"Corrige a tu hijo, y te dará descanso, y dará alegría a tu alma". Proverbios 29:17.










martes, 9 de marzo de 2010

JOSÉ

La historia de José (Génesis 37:2) es muy conocida. Es una de las más relevantes y completas de la Biblia nos enseña acerca del amor fraterno, la fe sobrenatural, la paciencia, el perdón y también de sentimientos negativos como la envidia.
Envidia: a veces contar los sueños sólo nos atrae este sentimiento, en ocasiones es tan grande que es capaz de llevar a desear la muerte de la persona que se envidia. A las personas envidiosas las reconocemos porque siempre les gusta compararse con los demás, se sienten en desventaja y empiezan a desear el mal ajeno.
Fe sobrenatural: aún en la esclavitud Dios bendice a sus escogidos. Este es un excelente ejemplo de que nunca debemos esperar nada de las personas ya que todo viene del Creador. Allí en los momentos más dolorosos, en la soledad es que realmente se manifiesta el poder del Dios Vivo. En la vida de José hubo mucha injusticia, a pesar de todo lo que pasó no murmuró ni reclamó, mantuvo la confianza en las promesas de Dios y después de la adversidad salió fortalecido.

Fidelidad: para con Dios y su amo. José no cayó en la tentación de fornicar con la esposa de su señor. Esto nos muestra que si somos fieles con las personas también lo somos con Dios.

Honestidad: esta historia es un excelente ejemplo de esta virtud. Cuántos no se venden por menos de lo que le ofrecieron a José? Él se mantuvo firme en su convicción. En la sociedad actual hay tanta corrupción se dice que todo tiene un precio. A veces las personas pasan por momentos muy difíciles, se desesperan, entonces el diablo ve una excelente oportunidad de hacerlos caer y envía a uno de sus aliados a proponerle algo ilícito. La Palabra de Dios dice: "Mejor es la comida de legumbres donde hay amor, que buey engordado donde hay odio". Proverbios 15:17.
Perdón: aunque parezca que las personas nos hicieron mucho daño, ese también era el plan de Dios. José perdono a sus hermanos de corazón. Todos sabemos que es necesario perdonar para entrar en el reino de los cielos, pero no todos son sinceros cuando dicen que perdonaron a alguien que les hizo daño.