Las llaman de metiches, por lo general no gozan del aprecio de su yerno o nuera. Siempre las culpan de todo y la mayoría de veces no son responsables de las cosas de que se quejan sus familiares quienes en ocasiones no entienden la sensibilidad de la madre de su esposo(a). Aunque esta antipatía tiene origen psicológico ya que en su amor fraterno que siempre ha existido se sienten desplazadas grandemente por alguien que recién llega, pero si las partes contribuyen la relación familiar puede ser placentera. Si desea tener una buena relación con su suegra siempre. Aquí algunos consejos:
Ante todo respétela, atiéndala y sea sincera con ella e inculque estos sentimientos en sus hijos.
Intente tratar a su suegra de la misma manera como trataría su madre, quizás en ocasiones sea difícil.
Sea considerada y comprensiva con ella (esto le hará saber que la aprecia mucho).
Si su esposo descuida la relación con su madre no haga lo mismo. Preocúpese si esta bien su salud o si precisa ayuda material.
Procure ser meticulosa con el orden y la limpieza del hogar (esto les encanta).
Ellas ya vivieron y su experiencia, la sabiduría que da la vida, nos pueden ayudar a no equivocarnos en la educación de los hijos.
Cuando haga comentarios hirientes procure conservar la calma, con paciencia se ganará su respeto.
Si la relación con su suegra es tirante ore a Dios para llevarse bien con ella y que en el futuro esto no empañe su felicidad.
Reflexione sobre la Palabra de Dios: “Delante de las canas te levantarás, y honrarás el rostro del anciano, y de tu Dios tendrás temor. Yo Dios” Levítico 19:32.
“Soportándoos unos a otros, y perdonándoos unos a otros si alguno tuviere queja contra otro. De la manera en que Cristo os perdonó, así también hacedlo vosotros” Colosenses 3:13.