Por regla general, los adolescentes buscan identificación, suelen tener mucha inseguridad y son susceptibles la presión de otros jóvenes. Muchas veces los vence el deseo de ser diferentes e impresionar a los demás, pero ¿es necesario colocarse un piercing para ser diferentes? ¿Son inofensivos para la salud? ¿Son estéticos?
Piercing (pirsin) es una abertura en el cuerpo humano para colocar un pendiente. Estas perforaciones son una forma de modificación corporal y reflejan tantos valores culturales, religiosos y espirituales. Siendo además parte de la moda, erotismo, inconformismo o identificación con una subcultura.
No son inofensivos para la salud ya que dependiendo del lugar dónde se lo realice pueden traer infecciones y graves consecuencias, como: reacciones alérgicas, sangrado abundante y constante, perforación de un nervio, alteraciones en la cicatrización, desgarros, rechazos del cuerpo,etc. Sobre todo si se los realizan en lugares que no cumplan con las normas de higiene necesarias, si se los intercambian con otras personas, también existen casos en que el cuerpo rechaza o no se tiene los cuidados necesarios en la etapa de cicatrización. Tampocos son estéticos todo lo contrario, al igual que los tatuajes la sociedad los vincula a los vicios, pandillas, satanismo y demás males que aquejan a la juventud hoy en día.
Se cree que son modernos, pero desde la antigüedad ya se los utilizaba, no se sabe con exactitud cuando tuvieron su origen. Las primeras muestras datan del año 709 antes de Cristo. Regularmente, suelen ser pequeños aros rematados con una esfera, metálicos o plásticos. Sin embargo, los de mayor tamaño varían en forma y material. Se colocan en el cartílago de la oreja, lóbulo, ceja, fosas nasales, ombligo, labios, lengua.
Meditemos lo que la palabra de Dios dice al respecto: “Y no haréis rasguños en vuestro cuerpo por un muerto, ni imprimiréis en vosotros señal alguna. Yo Dios”. Levítico 19:18.
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